Catar vino paso a paso es una forma de descubrir el vino con todos los sentidos. No se trata solo de beberlo, sino de apreciarlo en profundidad: observar su color, identificar sus aromas, saborear su textura y comprender su equilibrio. Tanto si eres un aficionado curioso como si estás dando tus primeros pasos en el mundo del vino, aprender a catar te ayudará a disfrutar de una manera mucho más consciente y placentera. En este recorrido te explicamos cómo hacerlo correctamente, desde la preparación de la copa hasta el último sorbo.

Preparación del vino

Antes de comenzar la cata, es importante asegurarse de que el vino se encuentre en buenas condiciones de conservación. Esto implica que la botella haya sido almacenada en un lugar fresco, oscuro y sin cambios bruscos de temperatura.

La temperatura de servicio es clave para una buena cata:

  • Vinos blancos jóvenes: entre 7 y 10 °C
  • Blancos con crianza y rosados: entre 10 y 12 °C
  • Tintos jóvenes: 14–16 °C
  • Tintos con crianza o reserva: 16–18 °C
  • Espumosos: 6–8 °C

Además, utiliza copas adecuadas (preferentemente de cristal fino y forma tulipa) y asegúrate de que estén limpias y sin olores que interfieran en la cata.

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Análisis visual

El primer paso consiste en observar el vino. Sostén la copa inclinada sobre un fondo blanco y examina su color, brillo y limpidez.

  • Color: El tono varía según el tipo de vino y su edad. Los blancos van del amarillo pálido al dorado; los tintos del rojo cereza al teja; y los rosados del salmón al fresa.
  • Brillo y limpidez: Un vino limpio y brillante suele indicar buena calidad. La turbidez puede señalar defectos o sedimentos naturales (en vinos no filtrados).
  • Cuerpo: Al agitar la copa, observa las “lágrimas” o “piernas” que caen por el interior. Cuanto más densas y lentas, mayor contenido en alcohol o glicerina, lo que indica un vino más estructurado.

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Análisis olfativo

Acércate a la copa sin moverla y haz una primera inhalación suave (fase olfativa en reposo). Luego, gira suavemente el vino en la copa para liberar sus aromas (fase en agitación) y vuelve a oler.

  • Aromas primarios: Proceden de la uva, como frutas, flores o hierbas.
  • Aromas secundarios: Resultan del proceso de fermentación, como notas de panadería, mantequilla o yogur.
  • Aromas terciarios: Provienen de la crianza y envejecimiento en madera o botella, como cuero, tabaco, vainilla o frutos secos.

Evalúa la intensidad y complejidad de los aromas: un vino expresivo y equilibrado en nariz es un buen indicativo de calidad.

Análisis gustativo

Toma un pequeño sorbo y recorre el vino por toda la boca para apreciar sus características.

  • Sabores básicos: Dulce (punta de la lengua), ácido (lados), amargo (parte trasera), y salado (menos común).
  • Cuerpo: Sensación de peso y textura. Un vino puede ser ligero, medio o con mucho cuerpo.
  • Equilibrio: Un buen vino tiene armonía entre acidez, dulzor, alcohol, taninos (en tintos) y sabores.
  • Persistencia: Evalúa cuánto tiempo permanecen los sabores después de tragar. Una mayor duración indica mayor calidad.

Después de este análisis, puedes valorar el vino en su conjunto: ¿es complejo?, ¿te ha sorprendido?, ¿volverías a probarlo? Estas sensaciones personales son también parte esencial de la cata.

Catar vino es aprender a disfrutar de cada copa con todos los sentidos. En Casino Alcalá, te invitamos a descubrir nuestra cuidada carta de vinos, ideal para explorar nuevas etiquetas o maridar con nuestros platos. Ya sea en una comida informal o en una cena especial, déjate guiar por nuestros expertos y eleva tu experiencia gastronómica. ¡Salud!